Publicada en diario "Clarín", Buenos Aires, 22 de Agosto de 2004

 

LA ESCRITORA DE HARRY POTTER, PRIMERA EN LA PREFERENCIA DE LA GENTE


Buscan un autor para Peter Pan II

Un hospital infantil de Londres tiene los derechos de la obra original. Antes de que éstos caduquen, pretenden editar una secuela literaria.

SIBILA CAMPS.

¿Cómo hacer para que Peter Pan viva nuevas aventuras pero siga sin crecer? En el año del centenario del célebre relato, el Hospital de Niños Great Ormond Street de Londres —al que James Matthew Barrie (1860-1937) donó los derechos de autor— salió a buscar un escritor que esté dispuesto a escribir su continuación y a compartir las regalías por partes iguales.

En Europa, los derechos de autor de Peter Pan caducan en 2007. En América, recién en 2023. Andrew Fane, presidente de la fundación de apoyo al hospital, reconoció que representan "millones" de euros/dólares, pero se negó a dar cifras. Y como el hospital depende en gran medida de los aportes privados, segundas partes algunas veces tendrán forzosamente que ser buenas.

Por eso, convocaron a los principales editores y agentes literarios de Gran Bretaña para que cada uno proponga a 2 escritores, quienes antes del 31 de enero del año próximo deberán entregar una síntesis argumental y un capítulo completo. Se espera publicar el nuevo libro a fines de 2005.

"Nos encantaría atraer a escritores muy talentosos, como J.K.Rowling —la creadora de Harry Potter— o Philip Pullman", admitió Fane. Rowling es la favorita en los foros de Internet, pero Pullman ya dijo que no le interesa.

La continuación tendrá que incluir a los personajes principales, como Peter y Wendy, la familia Darling, Campanita, los Chicos Perdidos y el Capitán Garfio. Pero deberán ser contemporáneos, como también el contexto. Eso sí, habrá que mantener el espíritu del original y, sobre todo, la magia. La magia que Barrie logró destilar de una vida teñida por la muerte de seres queridos.

Nacido en el pueblo escocés de Kirriemuir, Jamie —como le decían a Barrie— fue el noveno de diez hermanos, criado entre cuentos de piratas y lecturas de Robert L. Stevenson. Cuando tenía 7 años, su hermano David, de 13, murió en un accidente mientras patinaba. David era el favorito de su madre, quien cayó en una profunda depresión. Y Jamie buscó consolarla silbando como solía hacerlo su hermano muerto, vistiéndose con su ropa y escribiéndole cartas como si fuera David. Una relación obsesiva que duró hasta la muerte de su madre, en 1895; o quizá más, ya que al año siguiente publicó Margaret Ogilvy, su biografía.

A los 13, cuando comenzó el secundario, Barrie era un bicho raro: parecía un niño, devoraba literatura y no se interesaba por las chicas. Continuó estudiando en la Academia Dumfries de la Universidad de Edimburgo, y en 1885 se radicó en Londres, donde se dedicó a escribir artículos periodísticos, teatro y novelas.

Amigo literario de Georges Bernard Shaw, Arthur Conan Doyle y Chesterton, Barrie alcanzó fama y prestigio. En 1894 se casó con la actriz Mary Ansell, de quien se divorció por ser impotente.

Peter Pan se estrenó como obra de teatro en 1904, fue luego un cuento y en 1911 una novela. Carne de diván para muchos psicoanalistas, está construido con jirones de la propia vida de Barrie, un hombrecito que no llegaba al metro y medio, y que se sentía más cómodo entre los chicos que con los adultos.

El argumento fue evolucionando a partir de las historias que les contaba a los cinco hijos de Sylvia Llewelyn Davies —hija del novelista George Du Maurier—, una figura maternal y gran amiga suya. Barrie terminó "adoptando" esa familia como propia y plasmándola en Peter Pan. La señora Darling tiene mucho de Sylvia, mientras que Wendy recoge características de su madre.

Cuando murió el matrimonio Llewelyn Davies, Barrie se hizo cargo de los cinco huérfanos; terminó siendo un hermano más, antes que un padre adoptivo. Ya en su vejez, padeció por la muerte de los tres más jóvenes: uno en la Primera Guerra, y otros dos por suicidios.

Barrie fue nombrado barón y recibió la Orden al Mérito. Presidió la Sociedad de Autores y ocupó altos cargos en las universidades de St. Andrews y Edimburgo. Torturado por la migraña y mezquino con las sonrisas, solía ayudar con dinero a sus admiradores.

En sus últimos años todavía jugaba a Peter Pan con el hijo de su secretaria, para quien se disfrazaba del Capitán Garfio, el temible pirata que entraba en pánico cuando oía el tic tac de un reloj

http://www.clarin.com/diario/2004/08/22/sociedad/s-04201.htm