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Publicada en diario "Clarín", Buenos Aires, 9 de mayo de 2011.


El turismo sexual amenaza: faltan leyes y prevención

ONGs y legisladores advierten que ya se detectaron casos de explotación de menores en varios puntos del país. Se dan en zonas donde llegan muchos turistas extranjeros y hay bolsones de pobreza.


Sibila Camps
Informe: Agencias del interior

Viajar para tener sexo pago, y sobre todo hacerlo con menores, ha sido fuertemente condenado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en 2001 instó a los países a sancionar leyes para sancionar a los turistas sexuales. Sin embargo Argentina aún no cuenta con las normas adecuadas, ni tampoco con suficientes estrategias de prevención. Con casi 5 millones de visitantes extranjeros por año, esto preocupa a legisladores y a organizaciones: ya se han detectado, en varios destinos del país, formas y estructuras de comercio sexual vinculadas con la actividad turística.

Buena parte del comercio sexual está montado en lugares donde hay un intenso turismo masculino : cotos de caza, destinos de pesca. También, en forma itinerante, donde se realizan competencias de autos. “Cada vez que hay un evento de TC, son trasladadas mujeres para ser ofrecidas en hoteles, con el eufemismo de modelos o porristas. Esto no quiere decir que sean traficadas, pero sí es explotación sexual”, señala Fabiana Túñez, de La Casa del Encuentro.

En La Pampa, donde abundan los cotos de caza, “tenemos la sospecha de que algunos incluyen esta oferta en el paquete”, señala Mónica Molina, subdirectora de Políticas de Género de la Municipalidad de Santa Rosa. Relata un antecedente de 2005, cuando un legislador denunció una página de turismo sexual vinculado al turismo cinegético: “Lo amenazaron con panfletos anónimos”.

“No hay una oferta de los hoteleros, ni tampoco por Internet –afirma desde Misiones Claudia Lascano, de la Coalición Alto al Tráfico y la Trata–. En Corrientes, el problema no está en las cabañas para los pescadores, que son gerenciadas por los dueños o por personas muy cercanas, ni en los hoteleros. El problema más grave es la naturalización de la explotación sexual de niñas : conserjes, remiseros, taxistas y mozos, sí la están ofreciendo mucho”.

A excepción de quienes trabajan en las organizaciones sociales, es sumamente difícil obtener información sobre un negocio ocultado. Nadie conoce que a Goya, Bella Vista, Esquina, Empedrado, y sobre todo Paso de la Patria e Itá Ibaté –los preferidos por los brasileños–, se lleve turistas a pescar, en paquetes que incluyan prostitución. Sí se admite que recurren a las mujeres y niñas prostituidas del lugar; y que en Paso de la Patria, los brasileños piden que les consigan chicas, algo que hacen en Corrientes o Resistencia, pagandoles el traslado.

“Paso de la Patria, Itá Ibaté y la ruta a Itatí”, coincide la hermana Martha Pelloni, de Infancia Robada, al ser consultada sobre sitios de oferta sexual de niñas. En algunos destinos de caza de patos del centro este de Santa Fe, y de pesca sobre el Paraná, la oferta sexual a los visitantes adquiere características similares. La diputada provincial Alicia Gutiérrez (ARI) señala los departamentos de Garay y Vera como lugares donde se combinan la pobreza de la población local y la llegada de extranjeros: “No hay denuncias concretas, pero sí una tendencia a la aparición de grupos familiares prostituyentes ”.

“Empiezo a visualizar factores de riesgo: un poder adquisitivo muy alto, con una vulnerabilidad cada vez mayor de la situación familiar”, hace notar la diputada nacional Mariana Juri, autora de la iniciativa para evitar el turismo sexual infantil (ver pág. 5). “En Ushuaia empieza a haber demanda de chiquitas, por parte de hombres que bajan de los cruceros . Y la mayoría de la gente que va a trabajar son migrantes y tienen bastantes problemas para controlar a sus hijas – observa Laura Musa, asesora General Tutelar del Ministerio Público porteño–.

No sé si hay turismo sexual, pero sí explotación comercial de adolescentes y familias cómplices. La gente empieza a formular denuncias, con mucho temor, especialmente sobre qu e se usan algunos conventillos de La Boca. Las instituciones que tienen que investigar no lo hacen”.

En ese contexto se inscribe la denuncia formulada hace pocos días por la Coalición Alto al Tráfico y la Trata a la Brigada Niñ@s del Ministerio de Justicia de la Nación. “Nuestros operadores de calle han detectado a niños, escondidos en las sombras de la noche, controlados por los proxenetas, esperando ser contactados desde los grandes hoteles –cuenta Claudia Lascano–. Hay más varones : suponemos que el circuito de las nenas está dado por los volanteros de Lavalle y Florida”.

Viviana Caminos, de la Red Alto al Tráfico y la Trata, revela la existencia de “ organizaciones clandestinas de pedófilos –alemanes, suecos, franceses–, que se contactan por la red, a quienes algún empleado de los hoteles cinco estrellas, a espaldas del nivel gerencial, vincula con redes de criminalidad organizada que son proveedoras de chicos. Son chicos que ya provienen de sectores muy vulnerables, que están solos o son entregados por los propios padres.

En el hotel, los hacen pasar por el hijo.

En Bella Vista, en 2008, fui testigo de un caso: en un hotel vi subir a dos chiquitas de 11 años al cuarto de dos hombres que venían a pescar”.

Túñez agrega al panorama “los prostíbulos disfrazados de boliches Clase C , donde hay prostitución y trata de alto perfil; y los hoteles donde están los books de fotos de las agencias de acompañantes. Son todas mayores de 18 años, pero a pedido del cliente, sí llevan a menores”. En Internet, las búsquedas por agencias de acompañantes y por escorts en la Argentina tienen miles y miles de entradas, que seguramente también consultan muchísimos turistas antes de viajar. Imposible determinar cuántas son víctimas de trata o de explotación sexual, ni cuántas menores de edad.

Los catálogos reservados también se abren en los hoteles de lujo de Salta donde, según una calificada fuente que pidió resguardo de identidad, el turismo sexual existe desde hace diez años. “Para las autoridades no es fácil reconocerlo, dado que Salta se caracteriza por el turismo religioso. Tampoco es fácil acceder a quienes organizan los tours sexuales, porque las personas que brindan el ‘servicio’ lo hacen con consentimiento y, como dice la Policía, no hay denuncias”. Otra fuente confiable aseguró que “ todavía no hay nada organizado sobre turismo sexual. Lo que sí piden en confianza, a los coordinadores de las agencias, a taxistas o remiseros, es que los lleven a los prostíbulos del Bajo Chico”.

Ese todavía es lo que alarma y al mismo tiempo alienta a la diputada Juri y a las ONGs a tomar medidas fuertes, que penalicen a cualquiera que facilite el sexo infantil, tanto como al turista que lo contrate. “Las redes de turismo sexual infantil tienen tanto dinero y poder, que si se instalan, será casi imposible actuar –alerta–. Al no estar tan organizadas como tal, estamos en un momento oportuno para actuar”.

http://www.clarin.com/sociedad/turismo-sexual-amenaza-faltan-prevencion_0_477552243.html

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Unos 600 millones viajan al año para tener sexo con menores

La mayoría son hombres. América latina, Asia y Africa, los lugares elegidos.


Sibila Camps

El turismo sexual es el que tiene como primera finalidad el mantener relaciones sexuales . Los principales destinos son países con legislación y autoridades permisivas, que fomentan un contexto de impunidad a proxenetas y tratantes. Los más vergonzosos son los que ofrecen turismo sexual infantil (TSI), niñas y niños de sectores sociales vulnerables –en países con amplios sectores de la población en la indigencia–, quienes en general son traficados por redes criminales de proxenetismo, aunque a veces también son entregados o vendidos por los propios familiares.

El flujo de turistas sexuales en busca de chicas y chicos proviene sobre todo de Europa occidental (España, Francia, Italia, Alemania, Bélgica) y países escandinavos, Estados Unidos, Asia, Australia y países del Golfo; y se dirige hacia los países más pobres del sudeste asiático (Tailandia, Camboya, India), Africa, y algunos países latinoamericanos (Costa Rica, Brasil, Cuba y México).

El empobrecimiento ha convertido también en destino a algunos países de Europa del este (Rusia, Hungría, República Checa, Ucrania). Una situación opuesta se da en Amsterdam (Holanda), una ciudad que desde hace muchos años es visitada por los turistas sexuales, donde este comercio involucra a mujeres adultas .

El turismo sexual infantil es favorecido por el mayor poder adquisitivo de los viajeros y los bajos precios en el país de destino. Asociado casi siempre a la pedofilia, responde también a consumidores que consideran más excitantes las criaturas de otros grupos étnicos .

Según la Organización Internacional de Migraciones y Turismo, cada año unos 600 millones de personas, en su inmensa mayoría hombres, viajan a distintos destinos del mundo para tener sexo con menores de edad.

A raíz del incremento de la explotación sexual infantil vinculada con el turismo en Tailandia, en 1990 se formó la ECPAT (en inglés, Basta de Prostitución Infantil, Pornografía Infantil y Trata de Niños con Fines Sexuales). Con los años, y tras la realización de congresos mundiales sobre explotación sexual comercial infantil (ECSI), fue consolidándose la Red ECPAT, que cuenta actualmente con más de 80 miembros en 75 países, incluida Argentina.

Gracias a la intensa tarea de las organizaciones no gubernamentales que integran la coalición ECPAT, ya son 32 los países que cuentan con leyes extraterritoriales que permiten el enjuiciamiento de sus ciudadanos que cometen actos sexuales con niñas o niños en el exterior.

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Cabarets VIP, lo que más buscan en Buenos Aires


Por Diego Geddes

Dice que se llama Cielo pero cuando viene un extranjero ella se lo traduce: “Sky”. Un poco en broma, como para entrar en confianza. Aunque no le hace falta: se le ve casi toda la piel, es morocha y además del inglés tiene todo lo que hay que tener para trabajar en uno de los cabarets más exclusivos de Buenos Aires. Cualquiera que la mire querrá entrar en confianza con ella. Por las dudas tiene automatizada la respuesta “two hundred dollars” y algunas cosas más, las suficientes para hacerse entender.

Lo del inglés parece más una cuestión de cortesía que una herramienta de trabajo. Los códigos del ambiente son iguales en todos lados, y con los extranjeros – predominio de europeos, estadounidenses y brasileños – hay una especie de idioma universal del amor que se compra. Buscar la mirada es elegir, pagar una copa es obligación. El latino se anima a tocar antes de comprar, el europeo pareciera que se aguanta las ganas para después. Según algunas chicas, los extranjeros son más convencionales que los argentinos, aunque el tipo de cambio les juega a favor y a veces rompen la monotonía duplicando la compra.

Los lugares más frecuentados por los turistas están en Recoleta y en la zona del Microcentro, dice Paola, que disimula su profesión en la barra de un bar del centro. Casi siempre van a cabarets que les recomiendan los conserjes de los hoteles, algún taxista (los cabarets les pagan extra a los choferes si éstos llevan a turistas) o algún compatriota que ya estuvo en Buenos Aires. Otros que vienen seguido a la Argentina por trabajo, como los brasileños, usan la tecnología para contactarse. “Tengo Twitter y Facebook y me avisan cuando van a venir”, cuenta Pilar, de 31 años y ocho trabajando en otro bar del centro.

Si esta fuera una nota de servicio para extranjeros, lo primero que deberían saber es que les conviene imitar el tono argentino para ahorrarse unos cuantos dólares. “Para un extranjero la tarifa no baja de los 200 dólares las dos horas”, dice Jenny. “Con un argentino se puede arreglar en 400 pesos”. Pero ése no parece un problema importante para ellos.

Ahora Cielo se vuelve a cubrir el cuerpo con un tapado que le llega casi hasta el piso y sale del local con un cliente que hace un rato no más aprendió lo que quiere decir su nombre.

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En San Javier, a la caza de las “chinitas”


Por Erico Vega (Enviado especial)

Es lunes. La profesora de matemática repasa lo dado el viernes en el curso de segundo año de una escuela pública, sobre la costa santafesina. Intenta mantener la atención de los alumnos. Una de las chicas se duerme. Repite estas actitudes hace tres semanas, lo que llama la atención de la maestra. La interrogan los directivos y la chica se quiebra: “Me estoy prostituyendo”, les dice entre llantos.

La historia es una de las tantas que golpea a la costa del noreste santafesino, más precisamente al departamento San Javier. La pobreza es uno de los factores desencadenantes en la prostitución de menores, requeridas por muchos turistas extranjeros que llegan para cazar y pescar.

Clarín recorrió San Javier, a lo largo de la costa sobre la ruta provincial N°1 Teófilo Madrejón. Los protagonistas prefirieron ocultar su identidad. “Aquí nos conocemos todos y tenemos que seguir viéndonos las caras”, advirtieron.

“La oferta se ve notoriamente superada por la demanda y por el poder adquisitivo de los extranjeros. Aquí no hay redes, aquí hay necesidad y las chicas se exponen a eso porque así se pueden comprar un par de zapatillas de marca o un teléfono celular de última generación”, dice Hugo, un habitual cazador de la zona.

Por estos días comienza la temporada de caza del pato y se extiende unos tres meses. El turismo extranjero (la mayoría de Estados Unidos, Portugal y Francia) llega para “tirar y tirar”, explica otro lugareño. Y cuando se apaga el ruido de las armas, comienza otra cacería. “Acá hay prostitución como en todos lados, pasa que el extranjero que viene para cazar tiene mucha plata y a las “chinitas” le suelen dar 100 o 200 dólares y con la miseria que hay, aceptan. Y como es una ciudad chica se le da más importancia”, contó un pescador.

La principal fuente de trabajo en San Javier son los cargos municipales y en la Policía, los puestos en las arroceras y no mucho más: guías de pesca y caza son otras oportunidades, pero ocupan sólo unos meses en el año. Hay unos 18 mil habitantes y más del 50% está sin empleo. Los jóvenes con chances de estudiar en otra ciudad, se van definitivamente en busca de un futuro mejor.

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